sábado, 21 de febrero de 2009

Residencia Capone: Ada Swarty


Jimmy y yo entramos en el salón. Sonny era un niño precioso, con los mismo ojazos que tenía su padre, pero la cara era más parecida a la madre … Notaba perfectamente la crispación de Mae respecto a mi presencia, pero no me importaba … Todo lo había planeado perfectamente, con sus malas y buenas consecuencias.

-¿Verdad que es lindo?-le dije a Jim, que estaba al lado mío, poniéndole de pie a Sonny sobre mis muslos y agarrándole por la cintura, mientras este saltaba como loco y dando palmitas con aquellas rechonchas manos.

-Todos los bebés son monos de pequeños … Luego que se estropean al cabo de los años …-dijo serio, y le tocó la nariz y Sonny, se revolvió tímido, sonriendo, lanzándose sobre mi pecho.

-¿Hay algo respecto a la investigación sobre ese chico asesinado?

-Nada, es más, mi superior está pensando en darle carpetazo cuanto antes …

-¿Cómo? ¿Dejarán el caso así como así, proviniendo el chico de una familia tan importante?

-Claro que no … Pero lo que harán para cerrar el caso será encontrar cualquier culpable, de algún delito menor, le inculparan con pruebas falsas y fin de la historia … Por más que le he estado dando vueltas, no encuentro la conexión definitiva … Segura que la verdad la tengo delante de mis narices y no la veo …-concluyó, echándose hacia delante, con las manos entrelazadas.

-Suele pasar …-dije lanzando una risita nerviosa y cogiendo las manos fuertemente de Sonny, que empezaba a ponerse revoltoso.

Mae y Al entraron en el salón. Mae me tomó a Sonny y Al ofreció una copa a Jim, el cuál aceptó sin hacer ningún chiste sobre la bebida en aquellos tiempos de prohibición. Nos quedamos cada uno en silencio, nuestros respectivos sitios, mirándonos los unos a los otros de vez en cuando, sumidos en un tremendo ambiente de aburrimiento. Sonó el timbre y Mae dejó el bebé a Al, y se dirigió a abrir la puerta y comportarse como perfecta anfitriona.

Al se quedó con el bebé en brazos. Le miré y una visión extraña recorrió mi mente. A ambos les ví en una habitación diferente, donde Jimmy no estaba con nosotros, como si Sonny fuera mi hijo y Al mi esposo. Sonreí inconscientemente. Al me miraba también con una ligeria sonrisa, mientras se movía quieto con Sonny.

-¿Puedo ir un momento al lavabo?-dije, sacudiendo la cabeza para quitarme aquella idea de la cabeza.

-Te acompaño arriba, así dejo a Sonny en la cuna, creo que tiene sueño, y, con el jaleo que se formará ahora, lo mejor será dejarle dormir tranquilo antes de que se ponga a llorar …

Me levanté y acaricié el rostro a Jim. Él me tomó la mano y me la besó dulcemente, mirándome a los ojos. Dejé que mi mano se deslizase de la suya y seguí a Al. Después de ser interceptados por la madre de Al y demás familiares, que se pusieron como locos a tocar al bebé como si fuese un muñeco.

Subimos arriba y me dirigí al cuarto de baño mientras Al dejaba a Sonny en la cuna. Me retoqué un poco el maquillaje y me salí, caminando por pasillo mientras cotilleaba un poco cada habitación, hasta que llegué hasta la habitación de matrimonio. Me dejé caer de espaldas sobre la cama. ¡Dios mio, qué cama tan enorme!

-¡¿Qué coño…?!-gritó Al desde el umbral de la puerta.

Me reincorporé y comencé a balancear los pies, haciendo caer los zapatos a la alfombra. Le desafié con la mirada y entonces Al se acercó a mí completamente furioso, apretando los puños. Me revolví sobre la cama riéndome. Se lanzó sobre la cama intentando atraparme y acabamos deshaciendo la cama como si hubiesemos hecho algo de verdad.

Me consiguió atrapar, tumbada bocarriba, agarrándome las muñecas y juntando su cuerpo al mío para inmovilizarme. Yo no podía parar de reírme.

-¿Te parece gracioso? ¿No tienes bastante con aparecer por aquí?

-Me río porque la celosa de tu mujer cuando vaya a dormir, reconocerá como perro buscador mi perfume en las sábanas …-arqueé las cejas- Y pensará que lo hicimos en su cama … Cuando lo único que hice fue putearte …

-Si no te levanto la mano, es por no montar escándalo aquí mismo, delante de toda mi familia …

-Con que tu familia, ¿eh? … Pobre chico bueno …

-¡Ya basta!- se impulsó hacia atrás, poniendo cara agresiva y pegó un puñetazo contra la pared.

Me levanté y busqué mis zapatos enojada.

-Qué poco sentido del humor tienes, de verdad …

-¿A qué has venido Ada? ¿Qué quieres de mí? Cuando parece que las cosas andan bien entre nosotros, tú siempre vienes con alguna entre manos … Me metes a un policía en mi casa y luego te restriegas contra mi cama …

-Es el karma, Al … Todavía tenemos deudas pendientes entre tú y yo …-me levanté y le puse la cara muy de cerca.

-No hagas que las deudas incrementen su número, Ada … No te atrevas si quiera a jugar conmigo.

Entonces, en la calle, se oyó una gran explosión que hizo temblar los cimientos de la casa. Me abalancé asustada a sus brazos y el me protegió la cabeza con su mano. Una vez pasado el susto, la miré aturdida a los ojos. Sus ojos brillaban como si tuviesen fuego, con la luz de la explosión que entraba por la ventana …

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