martes, 10 de febrero de 2009

Canadá: Al Capone

Aquella misma noche partí en tren a Canadá, más concretamente hacia la pequeña ciudad de Hamilton, justo pegada a los lagos, donde la mayoría de los borrachos que no quería ser pillados o no encontraban algún antro donde les ofrecieran alcohol iban a pasar el fin de semana.
Me acompañaba mi viejo amigo de los Five Points Gang, Francesco Cacciatore, me acompañaba en aquel viaje de negocios, como se lo denominé a Mae. A Fran le conocía de hace tiempo, desde que éramos unos chiquillos y antes de convertirnos en lo que somos, jugábamos a la pelota en las calles del barrio, pero al mudarme Park Slope nos separamos irremediablemente. Pero gracias Torrio, nos volvimos a juntar en una de las bandas criminales más temidas de Nueva York, y eso que solo éramos un atajo de chiquillos armados.

-¿En qué piensas, Al?- me dijo, dándome una palmada en el muslo.

-Nada, cosas mías …

-¿Problemas con Mae?

-¿Cuándo nunca los hubo? No, eso no me tiene comida la cabeza …

-Cuéntamelo, así hablamos de algo en el viaje … Andas muy callado … No es normal en ti …

-No soy hombre de muchas palabras …

-Si, pero siempre que empiezo conversación, tú me la sigues como tonto.

-No tengo muchas ganas de hablar de ello … Se me levanta el estómago cada vez que pienso, así que imagínate si lo comento …

-¿No será por una putilla, verdad?

Le miré afirmándole con los ojos. Él, soltó una tremenda carcajada y movió la cabeza varias veces en gesto de negación.

-Nunca te creí capaz de enamorarte … Con lo picha floja que eres … Ya verás cuando lleguemos a Canadá, te voy a presentar a una prima mía que te hará olvidar las penas.

-¿Me vas a encamar con un familiar tuyo? ¿Acaso quieres alguna razón para odiarme?

-No, qué va, simplemente se que si se hace putita tuya, tendrá oportunidades en la vida …

Le dí una colleja y comenzamos a pelearnos como dos críos en medio de aquel compartimento. Afortunadamente íbamos en un compartimiento completamente solos y exclusivamente para nosotros. Íbamos en primera clase y era bastante confortable. Paramos de pelear y nos miramos, riéndonos como bobos. Como extrañaba aquellos despreocupados tiempos desprovistos totalmente de maldad …

-Que no me entere yo de que una tía te amague …-me dijo señalándome con un dedo y guiñándome un ojo.

-No te preocupes, ya tengo pensada mi vendetta … Dame tiempo, me servirá para escalar en la sociedad, ya verás …
-Préstamela alguna vez, si no tienes inconveniente.

-Pués entonces espera a que se la trinque Torrio, se la pidió primero y, ya sabes como es …-dije, dando un largo suspiro.

-Bueno, no hay apuro … Si mencionas a Torrio, son palabras mayores …

-Ahora, debemos centrarnos en lo nuestro … Tenemos algo importante que hacer, y no solo es lo que nos ha mandado hacer Franky …

-Ya lo sé … Luego me recordarás más tarde en el hotel …

-Menudo pendejo estás hecho … Así, con ese entusiasmo, nunca llegarás lejos …

-Sí, tienes razón amigo mío, en ese aspecto carezco de ambición alguna … Pero mientras tú llegues lejos, sé que estaré ahí a tu lado, aunque sea segundón … Ya sabes que no tengo cabeza para los negocios …

-Y eso que al menos terminaste la secundaria … A mí, en cuanto me echaron por culpa de esa fulana de profesora, no volví a poner un pie en la escuela …

-Por es mismo, Al, está echo a la calle, no te importa mancharte las manos de sangre … Aunque yo estuviese involucrado con los Gang, nunca me lo tomé en serio y en cuanto había asunto turbio de por medio, en seguida me echaba a un lado … No tengo tanta sangre fría …

-Al menos tienes cabeza para los números, también aportas tu parte de una manera u otra …

-Me echaron de la universidad por timar a la gente en el back jack … ¿No crees que eso no es ser un poco miserable?

-Quien no lo es, amigo … En este mundo, los italianos debemos sobrevivir con lo que podamos …

-Tienes razón, me pagaba mis estudios a mi manera: sacándole la pasta a los niñatos de Yale …

-Y de esta sacarems una buena tajada si nos sale bien la jugada, Fran, tenlo por seguro …

Le puse una mano en el hombro y nos dirigimos mutuamente una mirada cómplice. Le necesitaba … Haber si se creía el viejo de Torrio que le iba a deber eternamente el puesto que me dio cuando me reclutó de los Gang … No me conocía del todo bien …

No hay comentarios:

Publicar un comentario