miércoles, 4 de febrero de 2009

Gran Bohemian Hotel: Ada Swarty

Más tarde, Al entró dentro de un despacho y me quedé afuera, donde una joven esperaba sentada en una silla. Aquella niña parecía dulce mientras se levantaba y me daba la mano que yo le ofrecía, aunque debía reconocer que debía espabilar un poquito. La sonreí y ella pareció sonrojarse, con dudas rondándole la cabeza.

-No te tomes en serio la palabra de Al ... Luego, en el fondo, es un cielo-nos adentramos en la enorme masa humana que abarrotaba el centro de la sala, bien hablando, coqueteando, o incluso moviéndose con timidez al ritmo que marcaba la orquesta- Mira, creo que vino una amiga que conocí hace unas noches, te la voy a presentar ... Haber si así te animas y se te quita esa mirada triste de los ojos.

La guiñé un ojo. Pobrecita, parece que ese capullo de Flynn la utiliza únicamente como si fuera un bonito adorno acompañando a su figura. Allí estaba Oly, junto a otros cabelleros, ya me pareció haberla localizado antes de encontrarme con Al; soy buena encontrando a la gente entre el tumulto.

-Oly, ¿me recuerdas?-dije soriéndola y abriendo los brazos ampliamente y con una sonrisa de oreja a oreja.

-Si claro querida, ven aquí-nos abrazamos, frotándonos la espalda cariñosamente- Me alegro que estés bien, ¿cómo está el muchacho al que acompañaste?

-Muy bien, aunque le dejó cicatriz, pero eso es lo de menos-la guiñé un ojo- Lo importante es que no hubo complicaciones... Mira, te quiero presentar a una amiga que acabo de conocer, se llama Gabrielle ...

-Oh, ¿tú no eras la muchacha que estaba acompañando a Errol Flynn? Encantada, mi nombre es Olympia-dijo, acercándose para darla dos besos, tomándola de los hombros delicadamente- También aprovecho para presentarles a Ernest Bauer, mi prometido, Heinrich Murdoch, mi padre y éste es mi cuñado, Eric, marido mi hermana Irina...

-Si, creo que te vi con otras mujeres también...

-Si, eran mi madre, Xenia, y mi hermana Irina, salieron un rato afuera a tomar el fresco, cuando vuelvan os las presentaré... ¿Quieres tomar algo, querida?-dijo Oly cortesmente a Gaby, ofreciéndola una copa.

-Gracias...-aceptó tímidamente ella.

-Bueno, señoritas, nosotros las dejamos solas para que hablen de sus cosas, ya no veremos más tarde, dijo Ernest, dándola un dulce beso en la frente a Oly.

-Anda, vayan y diviértanse, creo que hay una sala de recreativos ... No se dejen mucho la plata ...

Él la guiñó el ojo y los tres caballeros emprendieron rumbo. Allí estábamos las tres, con nuestras copas en la mano y riendo, parecía que Gaby ya por fin se iba animando y olvidando el asunto de Flynn.

-¿Que hiscite qué?-gritó Oly, muerta de risa y con las lágrimas vacilando en sus ojillos.

-Shh-dije conteniéndome- Pero no lo vayas pregonando por hay...Es más divertido si nadie se enterara...No solo las habitaciones sirven para jugar-añadí levantando las cejas.

Gaby estaba callada, sonriendo y colorada como un tomate. Seguramente pensaría que éramos un poco díscolas. La cojí del brazo y la miré fijamente, sin dejar de sonreir.

-Y dime ...¿Cómo es que ibas de la mano de uno de los galanes más famosos de la ciudad?¿Qué hiciste a parte de ser una belleza de por si?

-Bueno...-se puso colorada y sonrió con coquetería- Simplemente acudí a una audición y después me dijo que si querría actuar en la inauguración del hotel y aparte, acompañarle ...

-¡Otra compinche artista!¿Cuándo actuas?-le dije entusiasmada.

-Es que...vereís, al final...Hubo un cambio de planes...-dijo con los ojos muy brillantes, como si estuviera a punto de echarse a llorar.

-¿Un cambio de planes?-dijo Oly seria, levantando una sola ceja, en señal de incredulidad.

-Vaya con ese Flynn...-dije enfadada. Se notaba la frustracción que guardaba dentro, pero ella se contenía y se mostraba impotente ante la situación.

-Pero no importa...Todavía me quedan más oportunidades y confío en ellas-dijo alzando la vista a ambas y sonriendo, a punto de llorar.

-Claro, que sí querida-dijo Oly, cogiéndola de las manos y balanceándolas-Además, ya tienes dos amigas aquí presentes para apoyarte en lo que sea...Todas hemos sido engañadas alguna vez.

Asentí con la cabeza y la abracé a Gaby, cogiéndola de los hombros. Sin duda, lo que dijo Oly era una gran verdad en letras mayúsculas.

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