
Llegamos al Bohemian. Gabby, finalmente vino con nosotras a pesar de no estar muy bien del todo, pero estaba mucho mejor después de aquellos días de reposo. Aquella noche, el sitio andaba igual de abarrotado, pero más tranquilo. La gente estaba sentada charlando y bebiendo, o bailando en la pista central, pero todo con suma calma.
Cogimos una mesa para las cuatro y pedimos algo para tomar. Le pregunté al camarero si había alguna actuación aquella noche. Me sonrió dijo que actuaría un cantante brasileño, que seguro que nos deleitaría con sus encantos. Nos miramos todas levantando las cejas y sonriendo.
Comenzaron a sonar unos ritmos brasileños y en nuestras sillas, divertidas y con la copa en la mano, comenzamos a movernos al ritmo de la música. Y allí apareció él: con aquel rostro dulce, la mirada seductora y aquel aire latino que tenía. Miré a mis compañeras, todas asombradas y me fijé especialmente en Gabby, a la cual se le pusieron las mejillas coloradas. Me sonreí a mi misma: después del espectáculo tendría que hacer de casamentera.
Después de los pertinentes plausos tras la actuación, Oly parecía nerviosa, o más diría inquieta, sus ojos no paraban de moverse de un lado a otro.
-¿Te ocurre algo querida?- le pregunté, posando una mano en su antebrazo.
-No os vaís a creer quien está en la sala …-dijo tomando el aliento.
-¿Dónde? -preguntamos en bajito, alzando las cabezas a nuestro alrededor.
Logramos localizar un poco más atrás nuestra, Gabby y yo al chico rubia de la otra noche y un chico moreno que le acompañaba. Nos volteamos sorprendidas. Ginn parecía no entender.
-¿Qué ocurre?-preguntó, como sino no le viera nada raro al asunto.
-Nada querida, simplemente que el principe azul de Oly la está siguiendo a todas partes … Y además, viene bien acompañado …-dije, volviendo a echar un vistazo a su acompañante.
-Ada … Ten cuidado …- me dijo seria Oly.
-No te preocupes, Al no volverá a meterse … Anda en Canadá, así que dudo que se moleste en venir aquí para volver a marcar el territorio …-contesté un poco desanimada, metiendo en dedo en mi copa y dando vueltas a la aceitunilla que quedaba flotando.
Hubo un pequeño silencio y volvió a sonar la música. Las parejas salieron animosas a bailar y entonces, el chico rubio se situó detrás de Oly, esperando a que se diese la vuelta. Nos quedamos tiesas de la impresión.
-¿Me permite este baile, señorita?-dijo él, ofreciendo su mano para que Olympia se diese por enterada.
Ella se dio la vuelta y le miró con ojos como platos. Después nos dirigió la mirada a nosotras y asentimos con la cabeza. Se levantó un poco molesta y con pocas ganas, evitando tocarse mucho con él. Nosotras reímos por lo bajo.
-Al final esos dos acabaran por liarse de nuevo … Es atracción fatal …- comentó Ginn.
Y allí nos quedamos un buen rato observándolos, mientras bailaban, Oly le evitaba la mirada y el chico rubio no hacía más que ponerle ojitos, rogándole un poco de atención. Hasta que vino el chico moreno y me pidió salir a la pista. Acepté con remordimientos de concienci por dejarlas solas, pero a ritmo que íbamos, cada una iba a encontrar a su principe. Mi objetivo aquella noche seria juntar al cantante brasileño con Gabby, pensaba, mientras la miraba por encima del hombro de aquel chico …
No hay comentarios:
Publicar un comentario