
Allí nos pasamos un buen rato, entre cosquillas y risas, como dos chiquillos. De repente, nos quedamos tumbados de lado, mirándonos a los ojos. Nos acariciamos el rostro. Él me mordió la punta de la nariz.
-¿Cuándo podré volver a verte?-me preguntó.
-Cuando quieras … Espera un momento- me levanté y fui a buscar a mi bolso un trozo de papel y un lápiz. Volví con el trozo de papel y se lo extendí, arrodillándome a los pies de sofá y apoyándome en el asiento.
-¿Sabes que esto es peligroso?-dijo levantándo ambas cejas.
-Mientras no seas muy pesado no me importa … No soy mujer de un solo hombre …-dije, mientras me enrrollaba un mechón en un dedo.
-Eres preciosa … Pero Ben no se fía de ti … Dice que eres peligrosa …
-¿Peligrosa yo? -me puse a reír con una risa nerviosa. De seguras el otro se habría enterado de lo de Al. Por Dios, ese hombre estaría siempre presente, incluso en mis mejores momentos …- Lo único de peligroso que tengo es que dejo marca …
Me levanté con las cejas arqueando y me puse a orcajadas encima de él. Le mordí en el cuello, dejándle una marca morada.
-Mi salvaje vampiresa …-dijo, levantándose y llevándome pegado contra él, para llevarme hasta la cama.
Me cogió por las piernas juntas con un brazo y jugueteó a la entrada de mi intimidad, mientras yo me torcía, con los brazos extendido y con ganas de arrancar las sábanas, de puro placer. Me penetró en tal posición, dándome bien fuerte, mordiéndose el labio inferior, mientras yo notaba la punta de su miembro justo en el vientre.
Noté como su pene se inchó, indicando que estaba a punto de correrse, y como palpitaba dentro mío. Me soltó con delicadeza las piernas y se tumbó al lado mío con rato, apoyándo su cabeza en mi pecho. Así estuvimos un buena rato, mientras le acariciaba el pelo con los dedos.
Le di un toquecito, porque casi se queda dormido y me levanté para ir al baño a limpiar. Era el momento de marchar, no quería que me cogiese demasiado cariño. Volví para tomar mis ropas del suelo, mientras el me miraba embelesado.
-¿Ya no tenemos que separar?-dijo un tono de lástima en la voz.
-Sí, querido, hay que salir también fuera para divertirse de otras maneras …-dije, mientras me sentaba en una silla para colocarme las medias.
-¿Más divertido que el sexo? No hay nada igual …
-Entonces, busca a otra … Hay mucho donde elegir …-le dije levantando las cejas, y dirigiéndole una mirada pícara.
Me sonrió y se levantó el también, para coger sus ropas. Era una lástima, me lo pasé genial con él, pero la fiesta no se acababa ahí y tenía que continuarla. Me cloqué los zapatos tras subirme el vestido y me acerqué a él para que me subiera la cremallera. Lo hizo, mientras me daba vesitos por la espalda. Cogí de mi bolso un poquito de perfume y le di un beso en la boca.
-Saldré antes para que no sospechen … Bastante la hemos liado mentiéndonos acá sin llave ni alquilarla …-dije, riéndome.
-Tranquila, dejaré una buena suma en recepción cuando pase … Eso corre de mi cuenta.
Cogí mis cosas y bajé rauda a la sala de baile cuando por el camino me tropecé con alguien, por culpa de las prisas.
-Oh, disculpe caballero, perdone …-al alzar la vista me topé con aquel par de ojos verdes que me cautivaron en mi adolescencia, surcados por unas arrugas leves a los lados, a modo de patas de gallo.
-¿Ada?-me preguntó con voz ronca y completamente incrédulo.
Asustada, me aparté de él enseguida y continué la marcha a pasos forzados cuando su mano me atrapó un brazo.
-Por favor, Ada, ven … No te haré daño …
-No me hagas esto más difícil, Jeff …-dije apretándo los ojos para evitar mirarle y quedarme de nuevo prendada como boba.
-¿Has estado con algún hombre?-me preguntó, aspirando el perfume a sexo que desprendía, mezclado con el barato que acababa de echarme para disimularlo.
-Eso no es asunto tuyo … Hace mucho que lo nuestro terminó …
Me soltó suavemente y corrí para perderme entre la multitud de gente … ¿Por qué habíha vuelto? ¿Por qué?
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