-¿A dónde vas con tanta prisa?
-Tengo un asunto pendiente … No tardaré en volver- abría la puerta y antes de salir añadí- Dile a Mae que vuelvo para la cena.
-Está bien …-se volteó hacia la cocina, con los calzones de dormir aún puestos. Me sonreí divertido y me puse en marcha.
Había nevado la noche anterior la espesura de la nieve subió. Aunque andaba con prisa, debía de ser cauteloso con mi conducción, pues podía meterme una buena sino ponía precaución. Llegué al Met lo que me permitió la circulación. Hacía aún más frío en el centro, parecía increíble … Al entrar, pregunté por la señorita McArthur y me preguntaron qué quería.
-Solo hacerla una visita de cortesía …-y le guiñé el ojo cómplice para que pareciese todo más creíble. El guardia me miró con una ceja alzada y me pidió que le acompañase.
Bajamos a la parte baja del museo, donde supuestamense se encontraban los despachos y las salas de investigación. Miraba a mi alrededor maravillado, pues nunca había estado en un museo y todas aquellas piezas tan extrañas, pertenecientes a otras culturas y épocas me parecieron fascinantes. Algún día traería a Sonny cuando fuese más mayor …

En ese mismo instante, llamé ligeramente a la puerta y sin esperar respuesta, entré. Me quedé sorprendido al no encontrarme a la señorita McArthur sola. A su lado, se encontraba un hombre bastante más alto que yo y moreno … Parecía árabe o algo de eso, pero no iba vestido como tal.
-¿Interrumpo algo?-dije sonriente, intentando disimular el mal rato que estaba pasando. Se me quedaron mirando sin saber que decir y McArthur se quitó las gafas.
-No-dijo ella contundente, mientras el otro la miraba sin dar crédito- Firas, te presento a Alphonse Capone, un amigo …-y diciendo esto, bajo la voz y la mirada como un poco incómoda por la situación que se le había presentado.
El hombre se me acercó desganado y me estrechó la mano por pura cordialidad. Me miraba con mirada fija y seria, como si estuviera analizándome. Yo sonreía o apretaba los dientes fuertemente intentando disimular mi temor por aquel grandullón.
-Es un placer, señor Capone … Aunque le resulte gracioso, su nombre me resulta conocido … Creo haberlo oído por alguna parte.
-Lo dudo-y me quité el sombrero, mientras me volvía a peinar con la mano como podía, de puro nerviosismo.
-En fin … Creo que aquí sobro … Ya hablarems después Eve … Recuerda lo que te dije …-dejó caer sus últimas palabras mientras cerraba la puerta tras su salida.
-Como tú digas …-respondió medio indiferente. Una vez cerrada la puerta, se me acercó apresurada y me dio una bofetada - ¿Cómo es que te me presentas aquí? Tu objetivo es Boris, ¡no yo!
-Vale tranquila, pero solo quería pasarme para darte las gracias y que mi visita no sea ni tan directa o sospechosa como ya lo es … Es más fácil simular ser amante tuyo para llegar Boris con discrección …-me la quedé mirando fijamente a aquellos ojos grandes de color chocalate y la tomé uno de los rizos que acariciaban sus mejillas y se le salían del moño, recogido por la parte de atrás- Aunque eso disimular solo si tú quieres …
-¡Quita de encima, hombre!- me dio un manotazo en el reverso de la mano que escocía como mil demonios - No tengo el mínimo interés … Aparte que no le puedo hacer eso a Ada, que es mi amiga …
-Ada es una puta … No creo siquiera que se molestase porque te me tirases al cuello …
-Siento cierto rencor en tus palabras …-dijo riendo, mientras volvía a su escritorio.
-Eso que te lo cuente ella si quiere cuando vuelva de su aventura hollywoodiense … Pero vayamos al grano, ya que es así como deseas …-me apoyé sobre la mesa y la miré ahora serio - Tú dime donde se encuentra el Boris ese y yo me encargaré de él …
-¿No le irás a hacer nada malo? Recuerda que yo le necesito para mis asuntos …
-Sí, sí, ya sé-dije mientras me voleteaba con los brazos en jarras- Pero dime, ¿dónde está?
-Debe de estar en su despacho … Vino a pedirme unos papeles hace un rato y de paso me dijo que cancelaba su viaje Boston … Por eso llamé enseguida.
-Entiendo … Bien, gracias por todo, en serio, señorita McArthur, se la está jugando pero aún así, no se que tipo de intereses la mueven para aliarse conmigo, pero deben de ser muy fuertes.
-Si quiero conseguir algo, lo consigo a toda costa … Incluyendo si tengo que pactar con el diablo.
-Gracias por el piropo- dije sonriendo, me volví a poner el sombrero y la llegué a alcanzar la mano y se la besé a modo de despedida- Que tenga buena suerte …
-Lo mismo digo …-dijo, y por fin pude sacarla una sonrisa.
Me dirigí hacia el despacho de Boris, fijándome en la placa de la puerta, pues se me olvidó antes de marcharme preguntar. De verdad, las mujeres me traían loco … Debía aprender a controlarme.
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