lunes, 16 de marzo de 2009

Los Angeles: Ada Swarty

A las pocas semanas, comenzamos a rodar. Estaba completamente entusiasmada y llamé a Jimmy para contarle mis primeras impresiones.

-¡Jimmy! ¡Esto es increíble, amor! ¡Ojalá tú también pudieras estar aquí para verlo!

-Me alegro de que te estés divirtiendo al menos.

-Sí … Ya grabamos unas cuantas escenas: una de ellas resultó ser una fiesta en Navidad y fue genial. Había un ambiente muy animado, como si todo fuese una gran fiesta. Tuve un solo de claqué y me sentí en ese momento mue importante, ¿sabes? Como esas grandes estrellas del cine … Pero prefiero no creérmelo aún; ¡no dejes que se me suba a la cabeza!. Lo que más miedo me da es la crítica …

-Bueno, relájate … Si quieres, para Año Nuevo puedo pedir unos días libres y te voy a hacer una visita.

-¡Eso sería fantástico! Conozco un sitio perfecto al que llevarte.

-¡Pero si solo llevas unos días! ¿Ya te conoces la ciudad entera?-rió.

-Bueno, tengo buenos guías …-dije, sonriéndome a mi misma, mientras enrrollaba el cable del teléfono entre mis dedos.

La verdad es que el señor Di Stefano se lo estaba ganando a pulso. No paraba de colmarme con regalos y detalles, y siempre andaba pendiente de que nada me faltase. Era un hombre tan atractivo … Pero no podía. Me prometí a mi misma que nada mientras andase en marcha la producción. Siempre habría algún bocazas por allí rondando que podía joderlo todo y no quería empezar mi carrera hacia el estrellato con el mote de “puta”.



Una vez echa la vista a la escena, me vino a felicitar personalmente. Me tomó de los hombros y me miró como un padre orgulloso de su pequeña. Me sonrió, mientras observaba divertidad como se le movía el fino bigotillo al estirarse la piel de encima de los labios.

-Tienes talento, Ada … Sabía que podía confiar en ti.

-Gracias …-dije apartando la mirada y poniéndome un poco roja. Nadie me había reconocido mi talento en mucho tiempo.

-Te quiero presentar a alguien, al que le hablé muy bien de ti …-desde las sombras apareció un joven, no tan joven, pero aún así se mantenía como tal; de ojos oscuros y que me resultaba extrañamente familiar.



-¿Charles Chaplin …?-musité, no dando crédito a mis ojos. No podía creer que tuviese enfrente mía a un gran actor.

-¡Vaya! Creo que ya no hace falta más presentaciones …¿cierto?-me dijo en aquel acento inglés que le hacía parecer todo un gentleman, mientras me besaba la mano como todo un caballero- Encantado de conocerla señorita … Hizo un trabajo excelente; tiene mucho talento.

-Me van a hacer sonrojar entre todos …-dije llevándome las manos al rostro y haciéndome la remolona, mientras sonreía de felicidad en todo momento- Además, aún no terminó la película ni salió a la calle … Habrá que ver la opinión del exterior, tanto del público como de los periodistas.

-Te tomas tu trabajo en serio … Me gusta, al menos no eres una petarda que busca la fama-añadió, sonriendo Charles.

-¡Vaya!Creo que debería tomarme eso como un piropo-me puse en jarras a manera burlona, pero a la vez aquel comentario me hizo gracia.- Soy más que un cuerpo bonito …-me puse chula, dándome una vuelta sobre mi eje para exibirme.

Me encantaba notar como me comían con la mirada … Eso aumentaba mi ego de manera considerable. Aunque notaba como Di Stefano se ponían un poco celoso, como si le estuvieran quitando a su presa. Me acerqué a él y me colgé del hombro; no quería perderle de todas maneras, un poco de diversión nunca venía mal.

-¿A qué viene esa cara tan larga, papi?-le hice pucheritos para hacerle reír.

-Nada, cariño … Simplemente me asombra que no soy el único en caer en tu campo electromagnético.

-Sí, es como si fueras una hechicera … O una bruja.

-Lo último me gusta más-dije disparándole con un dedo y guiñando un ojo.

-Bueno, amigos … Fue un placer conocerla señorita, pero tengo que irme … Estoy aquí al lado en el rodaje de otra película.

-¿Cómo se llama?-pregunté interesada, pues él era uno de mis actores preferidos.

- “La quimera del oro” … Estará lista para el año que viene.

-Me muero por verla … Espero ir el mismo día del estreno.

-Yo mismo me encargaré de que así sea …-me hizo una graciosa reverencia al más puro estilo Charlot.

Me reí con ganas y me despedí con tristeza. Me quedé al lado de Di Stefano viéndole marchar, notando el calor de su cuerpo.

-¿Te gusta?

-No está mal, ¿no?-le miré juguetona.

-¿Quieres que te consiga una cita con él?

-De momento no …-me volteé para dirigirme de nuevo al set y prepararme para la próxima escena, esta vez, una de amor …

No hay comentarios:

Publicar un comentario