Nos sentamos con tranquilidad, en aquellos cómodos sillones. Dejé que los zapatos se deslizaran de mis pies y me rescosté, apoyando la cabeza sobre un brazo. Oly se sentó de momento normal, mirando un poco asqueada a los tios que clavanban sus lujoriosas miradas sobre nosotras.
-¿Qué les apetece tomar a las señoritas?-dijo, con sonrisa de galán el boxeador, inspeccionándonos una a una.
-Cualquier cosa …, ¿verdad, Oly? O si no, que nos traigan otra copa de esto …-dije, alzando el vaso.
Él llamó un camarero y pidió una ronda entera del cóctel especial de mi amigo. La acaricié el muslo a Oly para que se relajase y esbozó una dulce sonrisa.
-Y bien, le resultará curioso … Pero, ¿quién es usted para montar todo este tremendo revuelo entorno suya?-alcé la ceja desafiante, mientras tomaba la copa que el me ofrecía.
-Vaya …-se acercó a la mesa para echar las cenizas sobre el cenicero que había en el centro- ¿De verdad no me conoce?
-Solo nos acercamos por aquí porque había tanto hombre suelto … La diversión estaba asegurada.
-Es usted muy graciosa …-dijo, sonriendo, intentando disimular su decepción.
-En serio, no le tomámos el pelo en serio … Lo único que puedo asegurar con mis propios ojos es que usted tiene un atractivo … No sé como decirlo … Brutal …mmm… Déjeme pensar …
-Ais, Ada … Es Keith Tyler, el campeón de los pesos pesados del mundial de boxeo-dijo Oly, entre risas.
-¿Y cómo sabes tú eso?-dije haciéndome la sorprendida.
-Es lo que tiene Ben, siempre anda escuchando la radio de los deportes …-tomó un sorbito de su copa siendo consciente de lo que había dicho. La miré sonriendo, pues así me dejaba vía libre.
-¿Comprometida?-preguntó Keith, alzando las cejas.
-Más o menos …-dijo ladeando la cabeza alternativamente.
-¿Y usted?-me dirigió la mirada.
-¿Para qué debería estar comprometida? Es más divertido estar soltera …
-Lo mismo opino …-cogió la copa que le servía el camarero y no dejó de posar los ojos sobre mí.
Entonces, un cabellero bastante delgado y extraño se dirigió hacia nosotras, como si hubiese aparecido de repente. Oly y yo le miramos extrañadas hasta que me percaté de que aquel joven me resultaba familiar.
-¿Nos disculpa un momento, Keith?-tomé del brazo de Oly y nos levantamos, mientras yo me calzaba los zapatos.
-Claro, adelante… Pero no se demoren demasiado.
-Descuide …-dijo Oly, guiñando un ojo.
Nos alejamos de aquel corrillo y le agarré con el otro brazo que me quedaba libre. Nos dirigimos al pasillo del baño. Oly y yo nos comenzamos a partir enteras de la risa.
-¿Pero qué demonios … Eve?-susurré, intercalando risas que se me escapaban de los labios.
-¡Callen! No me pueden descubrir …
-¿De qué vas difrazada?-dijo Oly, tomándola de las solapas del traje- ¿De agente secreto?
-No vas desencaminada …-miraba a ambos lados, como si se estuviera escondiendo de alguien.
-¡Pero bueno!-me puse en garras, sorprendida y sonriendo- Ahora mismo nos vas a contar qué está ocurriendo …
-Cre que no debería … Además, si continuamos aquí, tenemos más posibilidades de ser descubiertas que si estuviesemos fuera … Vamos a tomar algo a la barra … Con el ruido que hay, nadie se fijará.
-Está bien, pero recuerda que tengo una cita y no quiero perdérmela …-dije, agarrándome a uno de sus brazos.
-No tienes remedio …-dijo Oly, haciendo negación con la cabeza.
-Calla, que tú también eres cómplice …
-Anda, marchemos.-concluyó Eve, mientras las tres nos encaminábamos hacia la barra, formando un extraño trío …
domingo, 1 de marzo de 2009
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