
Me encontraba en la habitación de Sonny, teniéndole en mis brazos antes de partir de nuevo al trabajo, donde me esperaba Frankie, en su local, donde pensaba reunirse para zanjar una serie de negocios que tenía pendientes.
Sonny era de las pocas cosas en ese momento que me hacían sonreír, antes de acostarle, jugaba siempre un rato con él. Le lanzaba al aire y le hacía pedorretas en la barriguita, su risa era una dulce melodía para mis oídos y solo esperaba que con el tiempo, su inocencia no se trasformase en algo peor, como lo que yo mismo me estaba convirtiendo.
Entonces, apareció Mae apoyada en la puerta, observándonos risueña. Se acercó a mí y me besó en las labios. Le entregué a Sonny para que le acostase. Ellos eran las personas más importantes de mi vida en aquellos momentos.
Apoyé una mano sobre el hombro de Mae y esta me ofreció una mirada de complicidad y una dulce sonrisa en sus labios. Si supiera la clase de hombre en el que me estaba convirtiendo, no me miraría con los mismos ojos.
-Esta noche tengo que trabajar querida … No me esperes despierta, tienes que descansar-la dije, acariciándola la mejilla.
-¿Por qué, Al? Ese trabajo nuevo te está quitando tiempo de estar con tu familia, debería hablar con tu jefe, tal vez …
-No, mejor será que no te metas, además si quiero conseguir poco a poco una mejor posición, tengo que acaparar órdenes … Cuando sea yo el que mande, las cosas cambiaran. -Pero mientras tanto, te estás perdiendo a tu hijo …
-No te preocupes, eso nunca ocurrirá … Ahora debo marchar, se me está haciendo demasiado tarde.
La besé en la frente y me fui lo más rápido que pude. Me molestaba especialmente este tipo de situaciones, pero no tenía más remedio que luchar por lo que había conseguido y seguir dándoles aquella calidad de vida a la que les había acostumbrado. No podía rendirme ahora que tenía tan cerca mi objetivo final.
Dicho esto, cogí mi coche y puse rumbo a The Cotton Club. La noche sería especialmente larga si las cosas no marchaban tal y como esperábamos. La gente en negocios así no podías fiarte completamente.
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