martes, 27 de enero de 2009

Cotton Club: Al Capone

Aplaudimos rabiosos como buenos italianos que éramos, pues no porque el espectáculo fuera maravilloso en sí, sino porque las chicas estaban de muerte. Ya íbamos por el tercer trago y creí el momento oportuno de establecer los contactos pertinentes para centrarnos en lo nuestro.

-Bien- dije frotándome las manos animosamente- Creo que es hora de que vayamos a lo nuestro … ¿Se divirtió mucho Torrio? - le dije guiñándole un ojo.

-Oh, de maravilla, me encantaría conocer a esas muchachitas luego … -Oh! Ningún problema, yo me encargo de eso- Yale hizo un gesto con la mano y un camarero vino enseguida. Le susurro algo bastante apurado y le ordenó marcharse inmediatamente entre gestos de indiferencia y amenazantes- Todo listo, tendrá su regalito después, ahora …

Me indicó que comenzase. Tomé apurado mi trago de martín y comencé a hablar en italiano, para que los de alrededor no se enterasen, cada uno con nuestro marcado acento provincial para más complicaciones.

-Colosimo abrió hace bien poco un café, es local que va prosperando y un lugar clave para el atentado. La policía ignorará nuestras verdaderas intenciones si marcamos con la sangre del propietario, un mafioso que quieren quitarse del medio. Pensara solo en una simple guerra de bandas por la adquisición de un mero local que aporta beneficios …

-¿Te has asegurado de que esas conjeturas sean ciertas?-me preguntó Torri encendiéndose un puro.

-Desde que nos pediste que investigásemos los movimientos de Big Jim, allá por principios del año pasado, le tenemos bien controlado … Me cuesta creer que siendo su propio sobrino no te encargues tu de este asunto … Pero como esto me beneficia a mi también, vamos a medias, no me importa tener que pringar …-dijo Yale, midiendo sus palabras.

-Sabes de sobra la relación que tengo entre mi tío y yo … Las cosas andan distantes desde aquello y él sabrá lo que hace … Se cree que todavía tengo mucho que aprender de él, pobrecillo … No sabe que firmó su sentencia de muerte cuando rechazó mi propuesta de ir a medias con esto del contrabando de licores … Recuperaré parte de lo que es mío.

-Concertamos una cita dentro de una semana allí contigo, como excusa para reconciliar viejas redecillas … Nos costó bastante entrarle, pero bueno, parece que al final le convencimos … Pero llámale en cuanto puedas para concretar la hora, creo que se fiaría más de tus propias palabras que de meros secuaces-añadí, echándome hacia atrás con las manos detrás de la cabeza y mirando de un lado a otro.

-¡Mira, aquí vienen las bambini!-soltó Torri, aflojando la camisa y quitándose la chaqueta.

Una de las chicas se sentó sobre sus rodillas y le quitó el gorro para ponérselo encima de su cabeza. Torri le ofreció una bocanada de puro y esta aceptó, después esparciéndoselo en la cara con suma picardía. Algunas chicas también se animaron, sabiendo la suculenta recompensa que las esperaba.

Yo también hice lo mío y me relajé en mi asiento, extendiendo los brazos cuando Yale se levantó a bailar con una muchacha morena mientras éste aprovechaba cualquier ocasión para meterla mano, agarrándole el culo y se reían ambos.

Unas chicas que se me acercaron como moscas y comenzaron a coquetear conmigo, desabrochándome un poco la camisa para acariciar mi pecho, sentada al lado, mientras otra, sentada en mi regazo me ofrecía un poco más de beber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario