domingo, 25 de enero de 2009

Manhattan Hostel: Ada Swarty

Estaba tan nerviosa. Allí me encontraba yo, aquel horrible y húmedo cuarto, preparándome antes de ir, ya que al ser nuevo, todavía estaba en pruebas y no me permitían compartir el camerino con las otras chicas, que a veces me miraban por encima del hombro, como si fuese poca cosa.

Delante del tocador, repasaba mis labios, me quitaba los rulos del pelo, ya que debíamos llevar para aquella noche el pelo ondulado, y por naturaleza, el mío era bastante lacio. No había quedado tan bien como creía, pensé para mis adentros. Llevaba todo el día con ellos puestos, evitando salir a la calle para no sentirme ridícula, tanto esfuerzo para solo unos minutos de actuación, que a penas me valían para pagarme el alquiler de la habitación.

Miré el reloj … !Dios mío ya se me estaba haciendo tardísimo! Guardé las cosas apresudarísima, metiendo los cosméticos en el cajón de una sola pasada de mi brazo. Cogí mi abrigo y me puse los zapatos entre saltos mientras caminaba hacia la puerta.

La abrí … ¡Las llaves! Me volví inmediatamente a coger mi bolso y salí corriendo … Aún no me acostumbraba a los tacones altos y tan finos, pero no tenía más remedio que acostumbrarme sino quería perder mi primer empleo.

Rehusé a llamar un taxi y corrí por las calles, no podía permitirme aquel tipo de lujos. Aunque sabía que llegaría sudorosa y cansada, fui precavida y me llevé un pequeño frasco de perfume barato para disimilar el posible olor a sudor.

Ya estaba llegando …

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